El «apple bobbing«, también llamado «bobbing for apples» (inclinarse a por las manzanas), es un juego que se relaciona con la fecha de Halloween, ya que se utiliza para divertirse en las reuniones de esta celebración. Para jugarlo se debe llenar una cuba, pila o gran recipiente con agua al que se le añaden manzanas que quedarán flotando en la superficie. Los jugadores, normalmente niños, intentarán atrapar las manzanas con la boca, agarrándolas con los dientes. No se permite emplear las manos para ayudarse, por lo que generalmente se atan a la espalda para evitar trampas.
En Escocia, este juego también se llama «dooking«, que proviene de la palabra «ducking» (chapuzón) (o también podría ser la forma escocesa del verbo «duck» [agacharse]). En el norte de Inglaterra, el juego se denomina «apple ducking» o «duck-apple». En Irlanda, principalmente en el condado de Kerry, también se conoce como «snap apple» (morder la manzana), aunque en esta variante la manzana se cuelga del techo con una cuerda. En la provincia canadiense de Terra Nova y Labrador se llama «Snap Apple Night» (La noche de morder la manzana), siendo un sinónimo para referirse a la noche de Halloween.
Una de las hipótesis acerca del origen de este juego nos cuenta que cuando los romanos conquistaron Britania, llevaron el manzano como una representación de Pomona, la diosa de los árboles frutales. El día en que se rendía honor a Pomona coincidía con la época otoñal, concretamente se cree que era el 1 de noviembre. Gran parte de la mitología de Halloween procede de la fiesta celta de Samhain, por lo que el aspecto de la fertilidad de Pomona encajaría a la perfección con el concepto de cerrar un ciclo y renacer. La combinación de Pomona, una diosa de la fertilidad, y la creencia de los celtas de que el pentáculo era un símbolo de fertilidad, fueron los orígenes del «apple bobbing».
Cuando una manzana se parte por la mitad, las semillas forman una figura en forma de pentagrama, y se creía que la manifestación de este símbolo significaba que la manzana podía ser empleada para determinar los matrimonios durante esa época del año. Durante la celebración anual, los jóvenes en edad de merecer intentaban morder una manzana que flotaba en el agua o que pendía de una cuerda. La primera persona que pudiera darle un mordisco a la manzana, sería la siguiente a la que se le permitiría casarse. También se decía que las chicas que depositaban la manzana con la que habían jugado al «apple bobbing» debajo de su almohada, soñaban con su futuro amor.
Otra suposición acerca de la procedencia del «apple bobbing» nos sitúa unos pocos cientos de años atrás en las Islas Británicas, en particular en Irlanda y Escocia. En este caso se cree que el juego tenía que ver con la adivinación del futuro.
El autor británico William Henry Davenport Adams, que atribuía el poder de la pronosticación de las manzanas a los antiguos celtas, describió así el juego en su libro de 1902 «Curiosidades de superstición«:
«Las manzanas se dejan en una tina de agua y debemos poner todo nuestro empeño en atrapar una con nuestra boca mientras éstas van girando y girando alejándose de nuestro alcance. Cuando logramos coger una, la pelamos con cuidado y pasamos la tira de piel tres veces en círculo sobre nuestra cabeza. Tras ésto la tiramos por detrás de nuestro hombro, cayendo al suelo en la forma de la letra inicial de nuestro amor verdadero.»
Otro juego adivinatorio sería nombrar cáscaras de nueces con posibles intereses amorosos y luego dejarlas cerca del fuego para ver cuál ardía sin parar, indicando un amor verdadero, y cuál se agrietaba o saltaba lejos de la chimenea, revelando un amor pasajero. Donde estas costumbres y juegos se practicaban, a la noche de Halloween se le llamaba «Snap-Apple Night» (La noche de morder la manzana) o «Nutcrack Night» (la noche del cascanueces).
Un origen alternativo al juego del «apple bobbing» tiene que ver con la persecución a las brujas. Aquellas mujeres acusadas de brujería eran atadas y se arrojaban en estanques profundos. Si se hundían y morían ahogadas, entonces eran inocentes y sus almas iban al cielo. Si conseguían flotar a la superficie, entonces demostraban tener poderes demoníacos y eran quemadas en la hoguera. El «apple bobbing» sería una representación de la captura y aniquilación de esas brujas flotantes. Aun así, parece ser una de las teorías con menos pruebas que la avalen.