Las preguntas con respuesta resultan gratificantes para nuestra curiosidad, pero más lo son las que todavía no tienen resolución debido al amplio debate que suscitan. Un ejemplo sería la pregunta de hacia dónde se traslada nuestra galaxia. El siguiente texto procede del libro «Hablemos de Ciencia», publicado por José Manuel Nieves, periodista y responsable de la sección de ciencia y tecnología del periódico ABC.
«En el universo todo se mueve, y desde que Hubble ayudó a revelar la teoría de la expansión, no hay duda alguna de que las galaxias se alejan las unas de las otras.
Pero dentro de un esbozo general, hay otros movimientos más específicos, generados por otras fuerzas, probablemente gravitatorias, cuyo origen cierto aún se desconoce. Nuestra galaxia la Via Láctea, por ejemplo, junto a todas sus vecinas del Grupo Local de galaxias (unas veinte en total) se dirige a toda velocidad hacia al Cúmulo de Virgo. Esta dirección no sería la más lógica si trazáramos lisa y llanamente un camino, según las leyes de la expansión. ¿Qué es lo que hace que vayamos hacia allí? ¿Qué misteriosa fuerza puede cambiar el rumbo de todo un grupo de galaxias en el espacio?
Para calcular el desplazamiento del grupo de galaxias al que nosotros mismo pertenecemos, un observador ubicado en la Tierra debe pensar en la superposición de ciertos movimientos «menores», como por ejemplo los 30 km/s de la Tierra orbitando alrededor del Sol, los 230 Km/s de velocidad que en todo momento tiene el Sistema Solar moviéndose alrededor del centro de la Vía Láctea o los 40 Km/s a los que la propia Vía Láctea es atraída hacia su vecina más próxima, la Galaxia de Andrómeda. Si tenemos en cuenta dichos movimientos y realizamos los cálculos adecuados, queda otro de 600 Km/s de nuestra galaxia (y de todas las que componen el Grupo Local) dirigiéndose hacia el Cúmulo de Virgo.
No obstante, se ha demostrado que el Cúmulo de Virgo no es responsable de este movimiento, ya que él mismo se mueve en la misma dirección. Sea lo que sea lo que nos hace dirigirnos en esa dirección, también atrae al Cúmulo de Virgo. El siguiente candidato, simplemente porque está en la dirección hacia la que nos dirigimos, es el Supercúmulo Hidra-Centauro. Cual no sería la sorpresa de los investigadores cuando hallaron que también Hidra-Centauro (un cúmulo de galaxias cien veces mayor que el Cúmulo de Virgo) estaba encerrado dentro de otra atracción gravitatoria todavía mayor. Despistados, los científicos denominaron Gran Atractor al monstruo capaz de mover hacia sí mismo miles de galaxias como si fueran planetas alrededor del Sol. Sea lo que sea ese Gran Atractor, lo cierto es que todos, inevitablemente, no encaminamos hacia allí.»