Dos visiones del cosmos
La idea de que el Sol gira alrededor de la Tierra fue defendida ya por los antiguos griegos, cuyos modelos reproducían con bastante fidelidad las observaciones de estrellas y planetas. Se trataba de modelos geocéntricos (que consideraban que la Tierra estaba en el centro del Universo). El más conocido fue el modelo de Ptolomeo.
En la antigua Grecia también se propusieron modelos que situaban al Sol en el centro del Universo: modelos heliocéntricos.
Aristarco de Samos, en el siglo III a.C., propuso un modelo en el que la Tierra y los planetas conocidos giraban en torno al Sol. Pero la oposición de muchos filósofos del mundo heleno hizo olvidar este esquema.
De los heliocéntricos, el modelo más conocido y, finalmente, aceptado es el de Copérnico.
El modelo tolemaico
En el siglo II d.C., Ptolomeo de Alejandría publicó el Almagesto. En este libro, Ptolomeo situó a la Tierra en el centro del Universo y a los planetas conocidos (Mercurio, Venus, Sol,
la Luna, Marte, Júpiter y Saturno) girando a su alrededor, cada uno situado en una esfera. Por último, situó la esfera de las estrellas fijas.
El modelo copernicano
En el siglo X V I, Nicolás Copérnico (1473-1543) publicó su modelo heliocéntrico. El debate que se originó tras la propuesta de Copérnico enfrentó a la Iglesia católica y a algunos científicos (como Galileo Galilei). La Iglesia no aceptaba la teoría heliocéntrica, por opinar que contradecía las Sagradas Escrituras.