Si pensamos que el tradicional pistoletazo empleado para dar la salida en las pruebas de velocidad de las Olimpiadas es imparcial, en realidad estamos equivocados.
El español Jesús Dapena, profesor de biomecánica y quinesiología (estudio científico del movimiento humano) de la Universidad de Indiana (Estados Unidos), se dio cuenta de una particularidad de las pruebas de 200 y 400 metros y realizó unos estudios para comprobar si su sistema de salida era justo. La salida del circuito de estas pruebas está situada en una de las curvas, así que los atletas que se encuentran en la calle exterior oyen el disparo 0,104 segundos más tarde que el de la primera calle, que es la interior y la más cercana al lugar donde está emplazado el juez encargado de dar la salida.
En los Campeonatos del Mundo se utiliza un sistema electrónico que tiene más precisión.