Radiogalaxias

Las radiogalaxias son lugares de violencia galáctica. Las galaxias como la Vía Láctea tienden a emitir la mayor parte de su radiación en forma de luz visible, de una forma muy parecida a como lo hace el Sol. Existe, sin embargo, un número de galaxias que emiten señales de radio muy fuertes. Esas galaxias son conocidas como radiogalaxias. Las galaxias que parecen brillantes a simple vista (es decir, las galaxias que emiten mucha luz visible) tienden a ser débiles en el cielo radiofónico, y viceversa.

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Radiogalaxia Centauro A (NGC 5128).

Cuando contemplamos las radiogalaxias con telescopios normales, tendemos a ver galaxias en las que hay una gran cantidad de agitación: explosiones y otros tipos de comportamiento que no asociamos con lugares relativamente tranquilos como la Vía Láctea. De hecho, parece haber dos tipos de galaxias en el Universo: galaxias violentas, como las radiogalaxias, y tranquilas, hogareñas, lugares acogedores como nuestra Vía Láctea.

La violencia en algunas radiogalaxias es tan grande que cuando las contemplamos podemos ver enormes chorros de materia que son lanzados hacia fuera desde el centro de la galaxia. Esos chorros son a menudo muchas veces más largos que la propia galaxia…, son el rasgo más llamativo del radioespacio.

Los cuásares son ejemplos de radiogalaxias. Cuásar es un acrónimo de «quast stellar radio source» (quásar), fuente de radio casi estelar. Se refiere al hecho de que, mientras esos objetos emiten copiosas cantidades de ondas de radio, cuando fueron observados por primera vez con telescopios ópticos acostumbraron a mostrarse como simples puntos de luz…, como estrellas. Ahora sabemos que los cuásares son galaxias muy distantes del tipo que emiten con violencia en la onda de radio. Hay más de un millar de cuásares conocidos en el cielo.

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Radiogalaxia Cisne A.

Los objetos más distantes (y más viejos) conocidos son los cuásares. Los astrónomos miden la distancia a los cuásares utilizando el desplazamiento al rojo. El cuásar más distante, conocido como ULAS J1120+0641, se halla aproximadamente a 12.900 millones de años luz de la Tierra y casi al límite del Universo observable.

Debido a que los cuásares se hallan tan lejos, la luz que nos llega de ellos ha estado viajando durante largo tiempo. En consecuencia, el cuásar que vemos cuando miramos al cielo puede que no tenga ninguna relación en absoluto con el objeto que existe hoy en ese punto. Algunos astrónomos creen que los cuásares señalan un punto evolutivo primitivo y violento en el desarrollo de todas las galaxias.

Si eso es así, entonces, si fuéramos astrónomos en un planeta en lo que llamamos el «cuásar ULAS J1120+0641» y estuviéramos mirando hacia nuestra galaxia, quizá viéramos la Vía Láctea como un cuásar, mientras que nosotros formaríamos parte de una galaxia corriente y perfectamente normal.

Radiogalaxia Fornax A
Radiogalaxia Fornax A (NGC 1316).

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