Con sus pechos de pájaro
que sembraban de estelas el océano
y le robaban rumbos a la sed, sed a las aguas
salían de los sueños a la pesa, buscaban
la vida en los abismos azules y no hallaron
un allí al que llegar, sino hondas islas,
cofres de riesgo, tiburones tristes.
Con sus pechos de pájaro pudriéndose
a orilla de esta orilla donde muere
la tarde como el mundo. Las gaviotas
se quejan con su llanto de niño en un mal sueño.
Hay en el cielo estelas de rosas de reactores
sobre el embarcadero abandonado.
Con sus pechos de pájaro se mecen
en las aguas cansadas de consideraciones y extravíos.
Rotos muestran el gris de la madera,
mástiles ya sin cielo, cuadernas deshojadas,
proas a mí que, al lado de tu silencio, veo
ejemplos para amantes desolados
en estos barcos póstumos que piensan,
que parece que piensen, en nosotros.
Poesía de Juan Vicente Piqueras.
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Jenny
Es preciosa la poesía. No la había leído nunca.