El chico de la katana y la psicosis epiléptica idiopática

Este es uno de los casos de crónica negra más conocidos, el del chico que mató a su padre, su madre y su hermana menor con una katana en Abril del año 2000. El chico recibió ayuda del exterior, cartas de felicitación e hasta dinero, intuyo que por personas de igual psicopatía, así que he intentado buscar información de la enfermedad que llega a producir esos desajustes mentales con la realidad.

epilepsia cerebro

La psicosis epiléptica idiopática, se produce cuando la epilepsia no aparenta tener una causa conocida para existir o no ha sido producida por un síntoma conocido en el sistema nervioso central, como por ejemplo, por causa genética. La epilepsia ocurre cuando las neuronas no trabajan correctamente, tienen descargas excesivas, lo que estimula crisis y ataques con convulsiones en todo el cuerpo.

Esta clase de epilepsia deriva en manías, estados depresivos o de furor. Se pueden observar ciertos síntomas como ansiedad, agitación, desorientación, confusión, amnesia, estados oníricos, estrechamiento de la conciencia…

Uno de los síntomas más importantes, como en el caso del chico de la katana, son las ilusiones y delirios cromáticos donde el sujeto puede llegar a ver todo teñido de rojo y con contenidos de angustia y terror. Esto puede durar horas y sería como si el sujeto soñara despierto, pasando luego a una perplejidad y amnesia cuando desaparecen estos estados.

neurona

En los comportamientos instintivo afectivos, el sujeto puede estar depresivo, triste y apático, o por el contrario, alegre, eufórico y excitado, lo que se llaman estados maniaco depresivos.

Otro caso de alucinaciones fatales:

“Un joven de 14 años al que le encantaba jugar a Dungeons & Dragons, admitió haber estrangulado a una niña de nueve años y a su hermano de once. Bajo hipnosis el joven asesino admitió haber visto a una de sus víctimas con una cuerda atada a su cuello, la cara morada y sangrando, luchando por su vida y finalmente cayendo muerta.”

El caso de José Rabadán Pardo (el chico de la katana)

Un matrimonio y su hija murieron el 1 de Abril del 2000, degollados en su domicilio en el barrio murciano de Santiago el Mayor, al parecer a manos de su hijo de 17 años, José Rabadán Pardo.

Los cadáveres de Rafael Rabadán y de su esposa Mercedes, de 50 años, aparecieron en el dormitorio familiar, mientras que el de su hija María, de 11 años y con síndrome de Down, apareció en la bañera. El arma homicida, según fuentes policiales, fue una katana, una espada de samurai de mango de madera que José tenía en su dormitorio junto a otras armas de artes marciales, un hacha y algunos libros satánicos.

«Es un chico tímido, algo introvertido, del que su madre decía que en el colegio no levantaba la mano por vergüenza cuando sabía algo», comentaba una vecina. Había dejado los estudios y quería trabajar. «Ultimamente le gustaban mucho las artes marciales , se había apuntado a una academia para perfeccionar taekwondo y full-contac. Le encantaban las películas de Bruce Lee y de Van Damme», señalaron algunos de sus amigos.

Según los vecinos, alguna vez le daban depresiones, pero fuentes de la investigación aseguran que no tienen ningún antecedente médico en este sentido.

Al padre lo mataron en la cama y «se ensañaron con él», apuntan fuentes policiales. El cuerpo de la madre se encontró también en el dormitorio, igualmente con numerosas heridas de arma blanca. El de la niña de 11 años se encontró en el cuarto de baño, al parecer con una bolsa en la cabeza.

katana

Según los amigos de la familia, algunos vecinos oyeron gritos poco antes de la ocho de la mañana. También se apunta que José contó lo ocurrido a un amigo suyo, Guillermo, que vive en su mismo portal, pero que se negó ayer a hacer declaraciones.

El chaval desapareció, y el día 3 de Abril, un vigilante jurado le sorprendió a las 8 de la mañana mientras leía plácidamente la información que sobre el luctuoso crimen publicaba la prensa local. Estaba acompañado por su amigo Oliver J.S., de 16 años, que también fue detenido por un supuesto delito de encubrimiento. Ambos despertaron las sospechas de Francisco, el guarda que custodiaba la estación alicantina en el turno de mañana.

Al parecer, el supuesto asesino y su compañero habían pernoctado en unas chabolas de la capital alicantina y pensaban confundirse entre el gentío de viajeros hasta las 16.00 horas. Después, cogerían el tren Euromed en dirección a Barcelona para el que ya tenían comprados los billetes.

Al vigilante jurado le «sonó su cara y su extraña actitud; estaban sentados en un banco mirando los periódicos y les pregunté que adónde iban». Los jóvenes le respondieron: «A Barcelona, a las cuatro». «¿Qué hacen dos niñatos desarrapados a las ocho de la mañana con un billete para las cuatro de la tarde?», debió de pensar el guarda Francisco.

Los adolescentes pensaron esperar la llegada del transporte en el aseo de la estación y el vigilante aprovechó esta circunstancia para avisar al 091. Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía llegaron en pocos minutos, se introdujeron en los servicios y sacaron a los sospechosos como si fueran críos traviesos.

«¿Tú como te llamas, niño?», preguntó un policía al supuesto criminal. Rabadán dio un nombre falso, pero no coló. Su compañero ofreció su verdadera identidad y ambos fueron conducidos hasta el coche patrulla, donde los agentes corroboraron que tenían ante sí a la persona más buscada en Alicante y Murcia.

Un grupo de personas increpó a los detenidos en las puertas de la Jefatura de Policía. Rabadán no perdió el gesto. Más que un asesino, parecía una estrella de cine. Posó tranquilo y con una media sonrisa para los fotógrafos y las cámaras.

Cuando lo pillaron, en todo momento se mostró como una persona tranquila y sin aparentes remordimientos, algo que sorprendió a los vecinos del barrio, que temían que hubiera acabado con su vida. «Comentábamos que no le encontrarían vivo, que cuando se diera cuenta de lo que había hecho tomaría una decisión dramática», señalaron los vecinos.

Jose Rabadan

La policía sospechaba que podría estar en Alicante o camino de Barcelona, tras entrar en su ordenador personal y comprobar que se escribía con una chica de Barcelona. En su cuarto también hallaron unos libros sobre temas satánicos y de magia negra y el videojuego Final Fantasy VIII, una aventura gráfica del tipo de los juegos de rol -en los que el jugador puede elegir las acciones que realiza el personaje del juego-, en el que el protagonista usa la magia y lucha con una extravagante espada-pistola.

Su afición a las artes marciales venía de un amigo de su padre, que las había practicado hace años. «Le presté revistas, libros y vídeos, y como le gustaba la katana que yo tenía en casa, su padre le compró una más grande hace un año, pero era una persona muy correcta y muy educada», manifestó uno de los mejores amigos de Rafael Rabadán.

De los informes realizados por los forenses se deduce que la primera víctima fue la madre, Mercedes, que se encontraba dormida. Elpadre pudo despertarse e intentar repeler la agresión, de ahí que tuviera las manos mutiladas y un sablazo fuerte en la frente que le abrió el cráneo. La hermana sería la última víctima, ya que, según los vecinos, se oyó «mamá, no, mamá, no».

Los medios de comunicación enseguida se echaron encima de las malas influencias de los videojuegos, sin embargo, en algunas noticias se afirmaba que José era “adicto” al Final Fantasy VIII. Lo cierto es que ni siquiera había podido terminar la aventura gráfica en la que consiste el juego. Entonces, ¿cómo pudo Rabadán querer llevar a la realidad algo que no había jugado? ¿Cómo podía estar obsesionado con el final de un juego que no se había terminado? Aparte que no se puede llamar exactamente “juego de rol” a un juego como Final Fantasy, ya que en su mayor parte tiene un desarrollo predefinido.

Podéis reíros todo lo que queráis viendo la noticias de Matias Prats: ¿fantasía Fainal 8? ¿el parecido entre ambos es atroz? ¿parecido espeluznante? ¿que se parecen en que son delgados y bien parecidos? ¿que tiene que ver el arma sable con una katana? En fin, que esto en vez de noticias, parece la crónica negra de cualquier programa sensacionalista.

También desbarata la sentencia, la hipótesis aparecida en algunos medios de que los motivos de Rabadán para cometer ese asesinato, eran llevar a la realidad algo parecido al juego, pues dicha sentencia establece como hechos probados las siguientes motivaciones del asesinato donde no aparece ningún videojuego, sino motivos mucho más “mundanos”:

“Y a partir de esa fecha, fue dándole vueltas e imaginándose cómo sería la vida sin su familia, llegando a considerar tal idea como “algo positivo” tanto para él como para su familia: para él, porque cambiarían las circunstancias de su vida y para su familia, porque así terminarían con el sufrimiento cotidiano del trabajo, los disgustos de la familia y los padecimientos por su hermana.”

Finalmente, se afirmó también en los medios de comunicación en aquellos días que Rabadán era adicto a ese videojuego, al cual se pasaba jugando todas las tardes y el cual había provocado de una u otra forma el asesinato. Sin embargo, en la sentencia hay elementos que hacen dudar mucho de la supuesta adición de Rabadán al juego:

“Una vez decidido el momento y la forma de “matar a su familia”, José se comportó de un modo normal saliendo con sus amigos durante la tarde y conectándose desde las 18,30 horas a Internet, como solía hacer habitualmente a esas horas, “chateando” con una amiga llamada Sonia y con otros usuarios. A las 20 horas cenó en solitario en su habitación como asimismo solía hacer, y tras ducharse, se volvió a conectar a Internet desde las 22,30 hasta las 3 de la madrugada del sábado día 1 de abril.”

Es importante observar que eso era su comportamiento normal, es decir, lo que hacía casi todas las tardes y noches. No parece, dado dicho comportamiento, que el joven fuese adicto al videojuego mencionado ni que planease llevar ningún videojuego a la realidad.

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También la sentencia dice bastante sobre los detonantes del caso cuando habla del estado psíquico de Rabadán:

“En cuanto a su estado psíquico, según el Dr. García Andrade, el menor padece un cuadro de psicosis epiléptica idiopática, que se acompañó de un estado crepuscular en el que se desencadenó una crisis de automatismo orgánico sin posibilidad de control, dando lugar a un homicidio múltiple, inmotivado e incomprensible”.

Y según el Dr. Barcia Salorio, el menor es epiléptico, confundido por creencias absurdas pero fascinantes para él, se justifica un hecho de locura vecino a la ofuscación y arrebato”. En palabras más sencillas, los únicos posibles detonantes fueron la psicosis del joven y su epilepsia, apenas comentada en su día por los medios de comunicación.

Y dale que te pego con lo de Fantasía fainal 8

El rito satánico

Y resulta que dos chicas mataron a otra en una especie de rito satánico en verano del 2000, y lo peor es que dijeron que estaban en contacto del chico de la katana:

“Clara María García Casado fue encontrada muerta el viernes pasado en una zona descampada llamada El Barrero. La joven fue llevada a ese lugar por dos amigas de la secundaria, Iria y Raquel quienes con un arma blanca le produjeron 25 heridas en el cuerpo, sobre todo en la zona del cuello, para luego ser prácticamente degollada.

El brutal crimen se vincula a ritos satánicos, prácticas espiritistas y hasta la posibilidad de que formara parte de un siniestro “juego de rol”.

La familia de Clara María -cuyo padre es un suboficial de la Marina- denunció muy temprano su desaparición ya que nunca había dejado de ir a dormir a su casa. La policía interrogó al novio de Clara María, quien señaló que la joven se había marchado de una sala de fiestas con Raquel e Iria.

Inmediatamente los investigadores allanaron el domicilio de las dos chicas y encontraron ropas manchadas con sangre, mientras que en el domicilio de Raquel se hallaba una navaja, arma utilizada en el asesinato.

Asimismo informaron que después del crimen las dos chicas volvieron a sus casas, se cambiaron de ropas y salieron otra vez a tomar copas con algunos amigos a los que incluso preguntaron: “¿Adónde está Clara?”.

El juez encargado del caso manifestó que Raquel se autoinculpó del ataque y precisó que ambas muchachas no tienen antecedentes policiales.

Según relatan los amigos de Clara, las tres jóvenes se conocieron en un instituto de enseñanza secundaria, en donde eran consideradas “raras” porque llevaban libros extraños, exhibían stickers con dibujos satánicos e invocaban constantemente a los espíritus mediante la “ouija”.

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Familiares de la víctima declararon que Clara María se había alejado en los últimos meses de sus dos amigas y tenía un novio. Al parecer estas circunstancias exacerbaron los celos de las otras dos chicas. Según uno de sus amigos “Raquel e Iria eran dos locas…siempre andaban vestidas completamente de negro, eran muy reservadas y casi no hablaban con nadie”.

Fuentes de investigación del diario ABC de Madrid y del Diario de Cádiz, informaron que “las supuestas autoras del homicidio confesaron que el crimen tenía como objetivo continuar participando en un juego de rol”.

¿Enfermedad o cuento?

De todas formas, aun pudiendo explicar estos casos concretos, no me explico cómo el chico de la katana puede recibir tantas felicitaciones, y que hayan tantos simpatizantes, aunque en sus casos, no haya llegado la sangre al rio.

Para más Inri, tenemos la noticia de que el chico de la katana, ha manifestado su deseo de casarse por la Iglesia y cuanto antes con Verónica, una joven de 21 años y vecina de Aguilas a quien conoció por carta. Veremos como acaba esto…

He leído que en el año 2004, José Rabadán Pardo, se escapó durante una excursión, pero logró ser detenido por la policía unas horas después. Dudo que este chaval esté bien de la mollera, así que no sé si con esa condena se habrá curado y habrá tenido tiempo de recapacitar, o es un asesino de por vida. Por otra parte, espero que tome medicación, porque no sé de qué sirve una condena si de verdad lo que tiene es una enfermedad donde él no puede controlarse por sí mismo.

Durante los años que ha pasado internado en el centro de reforma de Las Moreras, en El Palmar, ha estado tomando medicación contra la epilepsia. Sin embargo, prestigiosos neurólogos de todo el país pusieron en duda desde el principio el hecho de que pudiera sufrir estos trastornos mentales y rechazaron los dos informes médicos que los describían y en los que se basó el juzgado para poner la sentencia de conformidad entre la Fiscalía y la defensa del entonces menor.

José Rabadan lleva en libertad bajo vigilancia desde el 1 de enero del 2008, sin haber cumplido los 12 años estipulados.

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Información de AAP, Aciprensa, El mundo, El mundo y Dreamers.

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6 comentarios en «El chico de la katana y la psicosis epiléptica idiopática»

  1. No me extraña que lo compararan con el del Final Fantasy 8 jajaj si es clavaito no es por ná…

    Lo que no me entra en la cabeza es que ya esté en libertad sin haber terminado la condena, que por cierto me parece muy poca tras haber matado a 3 personas.

    Un saludo!

  2. Miedo me da de que esté libre. No me queda claro si lo hizo por la enfermedad o porque tiene esa condición.
    Lo del rito satánico de las chicas no lo conocía. Me pone los pelos de punta estas cosas. Creo que esta noche sueño con el chico de la katana.

  3. si tuviera oportunidad yo mismo lo cortaria con la misma katana con la q hiso sufrir a sus padres…..

  4. Lo que es triste que por culpa d una enfermedad que hace ver cosas que no son provoque este tipo de cosas, lo que no entiendo es cómo viven con eso, yo honestamente no podría vivir sabiendo que me cargué a los seres que más amaba en el mundo y sin darme cuenta ta por culpa d la enfermedad,por que tendría miedo que a pesar de las medicaciones acabará haciendo algo así, a tes preferiría darme la paz eterna a dañar a alguien. De nuevo sin darme cuenta ta, por eso procuro Siempre sabe lo que es realidad y lo que no es, así no habrá problemas.

  5. Quiero aclarar un punto concreto, porque luego la gente se cree que el padecer epilepsia es sinónimo de ser asesino y eso no es así.

    La epilepsia es una lesión neurofisiológica en un área del tejido cerebral, por lo tanto la epilepsia se puede presentar de múltiples tipos y condiciones, si alguien quiere información sobre el tema la puede encontrar en páginas web especializadas o libros de neurología.

    La epilepsia no es una enfermedad mental, no es una enfermedad que un psiquiatra pueda controlar, será más bien un neurólogo el que la controle con la medicación adecuada, por otra parte, ser epiléptico no es ser asesino ni un ser abominable con el que hay que tener cuidado porque creemos que nos va a matar.

    Si bien es cierto que hay algunos tipos de epilepsia que producen algún tipo de enfermedad mental, no todos los tipos de epilepsia las producen.

    Hay poca falta de información al respecto y mucha falsa creencia, pero lo que me faltaba por ver es que una epilepsia provoque un asesinato, de eso nada, siento contradecir ese tipo de afirmaciones pero a ese tipo de conclusiones se llegaron a principios del siglo XX, cuando los psiquiatras de entonces alegaban problemas de trastornos psiquiatricos a asesinos y a personas con desvaríos en los procesos de estudio de los psiquiátricos de aquellos años.

    Ya hay determinadas asiciaciones de epilépticos que quieren que el Tribunal Supremo tenga en cuenta que esas antiguas leyes sean derogadas porque lo que causan en ostracismo y falta de solidaridad hacia estos enfermos.

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