Calentón y chasco en la habitación del hotel

Marta se hospedó hace un mes en un hotel durante un viaje de negocios, y al encontrarse un poco sola y a la vez con una sensación de libertad que nunca había disfrutado, se animó para llamar a una de esas “empresas de acompañantes”, como las que distribuyen información a la salida de los aeropuertos en algunos lugares, en especial para hombres.

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Pues entre los papeles que le dieron, encontró uno que ofrecía de manera explícita, cierta clase de servicio masculino. En concreto le llamó la atención uno que se llamaba “Gigoló Follirótico”.

Después de mirar con cuidado la sensual foto que acompañaba el folleto, se atrevió a llamarlo. Levantó el teléfono y marcó el número que estaba el papel.

-¡Hola!-, le contestó un hombre con una grave, excitante y sugerente voz.

-¡Hola! -contestó Marta-. Mira, por lo que veo, sabes hacer masajes y la verdad es que necesito que vengas urgentemente aquí a mi habitación y me des uno pero ya mismo… No, espera, lo que en realidad quería haberte dicho es que… ¡necesito sexo!

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Marta prosiguió su petición jadeante: -Me muero de ganas por disfrutar de una extensa sesión de sexo salvaje y guarro… ¡rápido! Se lo digo muy en serio, me gustaría que durara toda la noche y estoy dispuesta a colaborar en cualquier clase de fantasía y propuesta que me ofrezca, por muy estrafalaria que sea… Si tiene un nombre que se pueda pronunciar… ¡quiero hacerlo! Cuando venga, tráigase toda clase de objetos o juguetitos para asegurarse de que esté tooda la noche despierta. Deseo que me ate a la cama, me inmovilice y que me llene el cuerpo con lo que quiera, nata, miel o chocolate, no importa, para que después me lo limpie con la lengua a lametazos. Tráigase unas esposas, un látigo… ¡y castígueme, que he sido una niña mala! ¿Qué le parece mi plan señor Gigogló Follirótico…?

Al otro lado del auricular del teléfono, se oyó una risa ahogada mientras el hombre que le atendía le contestó: -Pues la verdad, suena de película… pero señorita, para hacer llamadas externas del hotel, primero debe marcar el cero…

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8 comentarios en «Calentón y chasco en la habitación del hotel»

  1. Muy bueno, habrá puesto al recepcionista a cien. No me imagino la cara de vergüenza al bajar por la mañana a la recepción

  2. ¡¡¡Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja…!!!
    Ella estaba ya en marcha pero el recepcionista estaba retardado,ja,ja,ja,ja…
    Un recepcionista práctico seguiría los consejos de Manolito,ja,ja,

  3. Qué profesionalidad el recepcionista! otro ya estría corriendo camino de la habitación!!! A esa ya se le acabó el apetito sesual por una temporada!!

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