¿Alguien recuerda a Omayra Sánchez?

No sé si os acordaréis de la historia de esta niña de 13 años, Omayra Sánchez, la cual quedó atrapada en el barrizal que causó la erupción del volcán Nevado del Ruiz en noviembre de 1985, en la ciudad colombiana de Armero. Durante tres días y dos noches luchó por sobrevivir mientras esperaba la llegada de una ayuda que nunca vino. Por el lodazal desfilaron una gran cantidad de periodistas y cámaras de televisión que retransmitieron su triste agonía a todos los rincones del mundo.

omayra sanchez fotografia bbc

Una de las imágenes que pasaron a la historia, es la que realizó el fotógrafo Frank Fournier y que la fundación World Press Photo incluyó en la retrospectiva que presentó la BBC con motivo de su 50 aniversario.

Aunque han pasado 25 años desde ese incidente, uno se sigue estremeciendo al ver su mirada en estas fotografías, donde aparece hundida entre agua y barro, con el mentón levantado intentando aventajar unos milímetros a la muerte. Una vez leí que nadie muere mientras haya alguien que le recuerde.

Esta es su historia:

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«El problema de Omayra era que necesitaban una simple motobomba para succionar el charco de agua que se formó a su alrededor cuando lograron apartar la loza de cemento que la tenía aprisionada. ¡Una simple motobomba! Desde las diez de la mañana los socorristas se la estaban pidiendo a los pilotos pero allí en aquel: caos infernal de los escombros de Armero, nadie fue capaz de llevar en todo el día una simple motobomba.

Sola en la noche, con el miedo de la oscuridad, el susurro de llantos, lágrimas, gritos, desfiles de cadáveres, la noche que venía, sola entre tantos muertos, sola sobre los escombros de su ciudad, sola abandonada por los hombres… por todos abandonada.

Doña María, la madre de Omayra había viajado dias antes de lo ocurrido a Bogotá a solucionar un gestión de un diploma en el Sena. Entonces allí, en su casa del barrio Santander de Armero se quedó Omayra de 12 años, su padre, su tía y su hermano menor.

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A las once y media de la noche del miércoles 13 de noviembre, los cuatro no se habían ido a dormir, pues estaban muy asustados con aquella lluvia de arena y ceniza que había estado cayendo desde las cinco de la tarde. Habían acabado de cerrar la puerta, cuando sintieron un ruido espantoso que penetro en sus oídos como la voz del final, posteriormente las rocas y las aguas derrumbaron las puertas y entraron en forma salvaje a su casa.

A partir de ese momento, Omayra se sintió estremecida en un estado de pánico al verse entre las aguas, sacudida, aprisionada y no supo nada más de su hermano, de su padre ni de su tía.

-«Todo se me fue de la cabeza y cuando me desperté estaba debajo de esa cosa de cemento»- le dijo a uno de los periodistas días después.

Debajo de «esa cosa de cemento», que en realidad era el techo de su casa, estuvo toda la madrugada del jueves y hacia mediodía logró sacar la mano por una rendija que dejaba el techo, el cemento y los escombros. Entonces Jairo Enrique Guativonza, un socorrista de los que estaba en el lugar, vio aquella mano y con la ayuda de otros se puso a triturar el cemento. Escuchando la voz de la niña, trabajaron toda la tarde y la noche del jueves y solo en la madrugada del viernes lograron despejar el cemento fundido, las tejas y las maderas que estaban cubriendo a la niña.

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Agarrándola con sumo cuidado, lograron sacarla un poco, pero en determinado momento no pudieron seguir porque se encontraba aprisionada por las piernas. Lo único que hicieron fue construir como un recinto para que la pequeña pudiera girar la cabeza y su pecho hacia un lado y otro.

Durante toda la mañana del viernes, varios socorristas y policías trataron de sacar a Omayra. Pero era imposible porque a cada momento el agua se encharcaba más y por instantes parecía que la pequeña se iba a ahogar. Entonces trajeron un neumático y se lo colocaron por debajo de los brazos y quedó como los niños en la piscina o los náufragos en el mar.

Varios socorristas trataron de sumergirse entre el agua, que es una espesa sopa de lodo, y comprobaron que las piernas de la niña están incrustadas en algo asi como una puerta, que había ladrillos y palos, y que metiendo las manos más abajo se tocaban cuerpos.

omayra sanchez agua

-«Si señor, yo siento que estoy pisando carne y esa es mi tía, y ojalá que no sea mi papá ni tampoco mi hermano»- decía la niña.

En el transcurso de la mañana todo el que estaba cerca de Omayra trató de animarla, le daban gaseosa, agua y pan; ella como todo niño solo quería algo de dulce, y luego, inquieta por la fecha, preguntó a uno de los socorristas qué día era; cuando le dijeron que era viernes, entonces respondió:-«Ay, hoy era el examen de matemáticas». Omayra estaba en primero de bachillerato.

Después del mediodía, los ojos de Omayra se comenzaron a poner rojos. Se le hinchó un poco la cara y sus manos empezaron a ponerse muy blancas. Allí estaba con sus ojos enrojecidos y su carita hinchada, cuando a las tres de la tarde, llegaron los enviados de «El Tiempo» y otros reporteros especialmente extranjeros; Omayra ya estaba perdiendo la alegría para empezar a sumirse en los delirios de la agonía.

Omayra ni siquiera sabía exactamente qué había pasado, no entendió que Armero fue borrado de la faz de la tierra por el río Lagunilla y que posiblemente todos sus 39 compañeros de primero de bachillerato habían perecido.

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Cuentan que cuando llegaron los reporteros, la gran mayoría de los socorristas se habían ido a refugiarse, pues el sol a las tres de la tarde picaba inclemente sobre los escombros de la ciudad. Ella estaba agachada sobre el neumático y cuando sintió las voces levantó la carita y los miró. Esbozó una sonrisa, los labios le temblaron y sus ojos enrojecidos parpadearon…

-«Ay…», dijo, pero no lloró.

Aquellos reporteros afirman que «ella no los miro con súplica, no estaba derrotada, sino que había mucho de valentía en su mirada. No dijo que le dolían las piernas sino que simplemente no las podrá mover.»

-«Siento frío», dijo, y nos dirigió una mirada profunda, pero se le veía tranquila y valiente.

Era una niña toda coraje:- «Tengo miedo que el agua suba y me ahogue porque yo no nadar aunque soy aquí de tierra caliente»,- balbuceo – «No sé dónde está mi mamá en Bogotá, pero mi tío es celador en Expreso Bolivariano», narró y dijo:- «Mi papá trabaja cogiendo arroz y sorgo en una combinada». Apoyó su rostro sobre el neumático, como para descansar. Estuvo así unos cinco minutos.

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Todos permanecimos en silencio. Después, otra vez levantó el rostro y pronunció unas frases un poco incoherentes y ya sus ojos estaban más rojos y se notaba algo de delirio.- «Tengo sed», dijo, e intentó tomar un poco de aquella agua putrefacta. Se lo impedimos y le pasamos otro vaso de agua.

Los socorristas regresaron, después se volvieron a ir y señalaron que era imposible tratar de agarrarla con toda la fuerza, porque eso sería destrozarla de cintura para abajo o por lo menos perdería los pies. Dijeron que era indispensable traer la motobomba para sacar el agua y poder proceder a retirar la materia que la aprisionaba. Cuando los helicópteros pasaban sobre ella, Omayra levantaba sus ojos enrojecidos y los miraba alejarse.

-«Te juramos Omayra que vamos ya, a traerte la motobomba para sacarte de aquí»- le decían los socorristas para darle un poco más de tranquilidad pero el Omayra les respondió:- ‘Váyanse a descansar y vuelvan luego a sacarme».

Entonces la crónica cuenta que le dieron la espalda y se fueron todos llorando, con rabia, como odiando a Dios, a los hombres y a la naturaleza… Ella quedaba allí sola, entre el charco y la noche que se aproximaba… al otro día sábado a las cinco de la mañana salieron con la motobomba en un helicóptero directamente hacia Omayra.

omayra sanchez muerta

La motobomba funcionó de manera lenta, y a veces se obstruía por el barro; a esa hora, la niña escasamente podía mantener los ojos abiertos, le habían quitado su blusa de color azul, y la pequeña yacía con su espalda descubierta, metida en el neumático negro. Hasta las cinco de la mañana había estado sufriendo delirios y le había cantado y contado chistes a los médicos y socorristas que la acompañaron durante la noche.

Al principio de la noche estuvo aún consciente, sosteniendo con sus acompañantes conversaciones coherentes. Pero después de la una de la madrugada comenzó a delirar. Cantaba canciones extrañas y Guativonza relata que hacia las tres de la mañana le dijo que ya el Señor la estaba esperando. -«Después cantó la canción de los pollitos», afirma el socorrista, que fue su acompañante durante tres noches de muerte.

omaira sanchez

Los médicos llegaron a la conclusión de que la única alternativa sería cortarle allí ambas piernas a la altura de la rodilla o dejarla morir. Cortarle las piernas igualmente haría que ella muriera, porque no había equipos de cirugía. No había más alternativa, había que dejarla morir.

Entonces todos, médicos, socorristas y periodistas quedaron en un silencio total. A las 10:05 de la mañana, la niña se estremeció y frunció los hombros. Omayra había muerto… pero había nacido el Angel de Armero.»

Tumba de Omayra

tumba omayra sanchez

ENTREVISTA CON FRANK FOURNIER

He rescatado la entrevista a Frank Fournier, que también revela algunas cosas.

La fundación World Press Photo celebró el 50 aniversario de su competencia anual de fotografía y por este motivo la BBC presentó algunas de las imágenes premiadas: una de ellas era la de Omayra Sánchez.

El fotógrafo Frank Fournier describe cómo capturó la imagen de la niña colombiana de 13 años, atrapada entre el barro y escombros dejados por un deslizamiento ocurrido tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz.

Pese a los pedidos de ayuda de la Cruz Roja y a que la imagen dio vuelta al mundo, nadie pudo rescatarla. Los miembros de los equipos de rescate se limitaron a rezar junto a ella y tratar de aliviarle la penuria.

Omayra murió 60 horas más tarde, tras permanecer a la intemperie.

Frank Fournier fotografo omayra

Una niña atrapada en una zona remota

Llegué a Bogotá desde Nueva York dos días después de la erupción. La zona a la que necesitaba llegar era remota. Fue necesario manejar durante cinco horas y luego caminar dos y media.

El país estaba en medio de una grave conmoción política, poco antes de la erupción se produjo la toma del Palacio de Justicia por parte de rebeldes del M-19, la cual terminó en un baño de sangre.

El ejército de la zona había sido trasladado a la capital.

Llegué al pueblo de Armero al amanecer del tercer día posterior a la erupción. Había mucha confusión, la gente estaba conmocionada y desesperada por ayuda. Muchos permanecían atrapados por los escombros.

Me encontré con un campesino, quien me dijo de una niña que necesitaba ayuda. Cuando me condujo hacia ella estaba casi a solas, unas pocas personas la rodeaban en tanto algunos trabajadores de rescate ayudaban a otra persona un poco más lejos.

‘Sentí que lo único que podía hacer era informar sobre el coraje y el sufrimiento de la niña, y esperar a que la gente se movilizara.

Silencio conmovedor

Estaba dentro de un gran charco, atrapada de la cintura hacia abajo por concreto y otros escombros de casas que fueron derruidas.

Ya llevaba unos tres días en esa situación, estaba dolorida y muy confundida.

Cientos de personas estaban atrapadas a su alrededor, escuchaba sus gritos y luego un silencio conmovedor.

Había algunos helicópteros, prestados por empresas petroleras que trabajaban en las cercanías.

Pero nadie podía hacer nada por la niña. La gente y los expertos en rescate se acercaban, trataban de confortarla.

Al tomar su fotografía me sentí totalmente incapaz, sin poder alguno de ayudarla. Ella enfrentaba la muerte con coraje y dignidad, sentía que su vida se le iba.

Sentí que lo único que podía hacer era informar sobre el coraje y el sufrimiento de la niña, y esperar a que la gente se movilizara.

Poderosa

Cuando llegué a ella Omayra ya perdía la conciencia de a ratos. Me pidió que la llevara a la escuela, no quería llegar tarde a clase.

Pasé mi película a unos fotógrafos que regresaban al aeropuerto y logré enviarlas a París donde estaba mi agente.

En el momento no me percaté de lo poderosa que era la imagen, en cómo los ojos de la niña conectan con la cámara.

La imagen fue publicada en París Match y causó impacto.

La gente me preguntaba «¿Por qué no la ayudaste?», «¿Por qué no la sacaron de allí?». Pero era imposible.

Hubo escándalo y debates en televisión sobre el papel del fotoperiodista. Al menos hubo una reacción, hubiera sido peor si a nadie le hubiera importado.

Tengo muy claro lo que hago, cómo y por qué lo hago. La foto ayudó a recaudar dinero para ayuda y sirvió para destacar la irresponsabilidad y falta de coraje de los líderes del país.

No había planes de evacuación pese a que los científicos habían advertido sobre el peligro de una erupción.

Hay cientos de miles de Omayras en el mundo, historias de gente pobre y débil. Los fotógrafos debemos crear un puente entre ellos y los otros.

La cuestión es si el poder de la prensa es más importante en la actualidad que antes, debido a la presión que impone hoy por hoy el mercado sobre su trabajo.

Frank Fournier fotografo omayra

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20 comentarios en «¿Alguien recuerda a Omayra Sánchez?»

  1. Qué espanto! No conocía la historia de Omayra, qie horrible agonía. Yo no sé que habría hecho en su lugar, no sé si hubiera tendio el valor que ella tuvo hasta el final. :(

  2. Claro que lo recuerdo. ¡¡¡PERFECTAMENTE!!!. No se puede olvidar nunca esa imagen, si la has visto alguna vez.
    Fue horrible, y lo peor es que no fue la única víctima del volcán.
    Saludos.

  3. Yo también la recuerdo y creo que nunca la podré olvidar.
    Angelito cuanto sufrió y las personas que había con ella. Qué impotencia que no pudieran rescatarla.

  4. la recuerdo todos los dias.desde que comenzo el rescate de los mineros de chile ,donde no se escatima en gasto para sacarlos,mientras que esa criatura la dejaron morir en vivo y directo,dios que dolor!

  5. a esa niña la dejaron morir por pura negligencia, porque primero llegaron los periodistas que una simple moto bomba. primero llego la noticia a todo el mundo que una simple moto bomba, solo DIOS sabra porque pasaron las cosas.

  6. NUNCA OLVIDARE ESTAS IMAGENES, SUFRI MUCHO, PUES SOY MADRE DE UNA NIÑA QUE EN ESA FECHA CONTABA SOLO CON 30 DÍAS DE NACIDA.

  7. k pesar con la niña nunca habia leido la historia de ella pero me dio un gran pesar al ver esas imagenes tan reales.
    y saber ke la dejaron morir por nno ir rapido por una simple motobomba…

  8. realmente da tristeza ver la manera como dejaron morir a esta niña. para mí eso fue pura negligencia e ineptitud del estado. como siempre la vida del pobre no se merece ni una miserable motobomba, pero si fuera un congresista ladrón y Perezoso que no sirve para absolutamente nada bueno, todo el país se hubiera movilizado para ayudarlo. por este tipo de cosas es que me da asco decir que soy colombiana!

  9. Solo Dios sabe porque pasan las cosas, Omaira fue un gran ejemplo de valentía y de fe. Aún recuerdo aquellas imagenes y mi corazón se conmueve enormemente. Pero saben? Pienso que ella solo fue un instrumento de Dios para haernos reflexionar. Ella es un Ángel maravillso que desde el cielo ha de estar haciendo milagros, de eso estoy segura.

  10. Soy venezolano, tengo 33 años, pero recuerdo perfectamente la historia de Omayrita, todos, en mi familia, sentimos una enorme frustración, dolor, impotencia, rabia, al ver como,a pesar de los esfuerzos de los socorristas, periodistas, curiosos, ella terminó muriendo. Aún hoy, después de 25 años, el corazón se me estremece cada vez que veo su rostro sereno, celestial, pidiéndole a la vida que la dejara un tiempo más en éste mundo.

    Recuerdo perfectamente como aquella catástrofe humana la vivimos, mi familia y yo, con mucha intensidad, especialmente al ver atrapada, durante más de 60 horas, a la pequeñita Omayra Sánchez. Sus palabras, su mirada serena y pura, jamás podrán ser borradas de nuestras memorias, acaso porque ella simbolizó la lucha de un ser humano pobre, por estos gobiernos inservibles, que sólo se han preocupado siempre por enriquecerse.

  11. Quien podria olvidar esta historia, Yo era muy niña cuando esta tragidia ocurrio y a dia de hoy aun la recuerdo….

    Por Omayra Sanchez y a su familia que nadie se olvide del sufrimiento de Omayra… Feliz año a todos

  12. me cuesta creer que la dejaron morir, que no habia nada que se pudiese hacer…confió y esperó hasta que todo termino…que descanses nenita estoy seguro que donde estas ahora no estas sola y hay mucha luz y estas bien…besos

  13. FUE ALGO ATERRADOR…. LA PROFE DE QUIMICA NOS LO COMENTO Y QUE LA MESCLA DE LA CENIZA VOLCANICA CON EL AGUA DE LOS RIOS Y SUS COMPONENTES, DIERON COMO RESULTADO UN ACIDO, ASI QUE OMAIRA ESTABA EN UN ACIDO QUE LE PODRIA LA PIEL…. ESE ANGEL SE QUEDO UN RATICO MAS EN LA TIERRA PARA TOCAR EL CORAZON DE LA HUMANIDAD DEMOSTRANDO LA FORTALEZA ANTE EL DOLOR…

  14. la recuerdo perfectamente, jo tambien era una niña de su edad, hoy he vuelto a ver las imagenes y a sentir su voz , es un angel que esta en el cielo

  15. Omayra ,la recuerdo todos los años,a partir de la fecha de esa tragedia,analize el antes y despues de ese infortunio y porsupuestamente el porque de esa consecuencia,no podemos decir que es lo que nos depara la vida ,sino la verdadera imprudencia y desorden del hombre.si no me entienden dejenlo alli. Me hize un tatuaje con el nombre de la niña santa ,OMAYRA en el hombro izquierdo, suerte a la pagina

  16. ojala pueda descanzar en paz despues de toda la odisea que sufrio esto es para que se concienticen y ayuden a los que deverdad lo nesesitan. AMV.

  17. Pura negligencia,incompetencia, mezquindad y falta de interes de las auroridades, era una humilde niña y su vida no valia nada,no era una persona millonaria porque huvo tiempo para salvarle la vida pero esta niña demoatro al mundo su coraje, su fuerza,su valentia y su amor algo que estoy seguro que no tienen muchos de las personas que pudieron hacer algo mas. Ya no hay dolor ,angelito.

  18. No he podido terminar de leer todo el texto, tampoco ninguna de las respuestas; pero como creo conocer algo de la tragedia y de la criatura en particular (mis disculpas si cometo algún error, por favor), oso, con independencia del tiempo transcurrido, a expresar mi humilde y sincera opinión:
    AUNQUE LE HUBIERAN TENIDO QUE AMPUTAR LAS DOS PIERNAS, TAL VEZ HUBIERA PODIDO SOBREVIVIR.
    Yo he llorado mucho en las múltiples ocasiones que he leído y visto las imágenes. Hoy mismo he hablado con alguien de las estribaciones del Nevado del Ruiz (es un macizo montañoso muy grande, con cinco nevados extendidos por varios departamentos) y me ha llevado a revivir la triste y fatal historia de los miles de personas que fallecieron…
    GRACIAS!

Responder a Iván El Debal El Debal